Los cinco hijos de Carcasona: Los castillos cátaros

CAstillos

Tras el fracaso del intento del vizconde Trencavel de reconquistar Carcasona en 1240, la ciudad fortificada fue considerablemente reforzada, junto con otras cinco fortalezas de la región, por el poder real francés, nuevo dueño del territorio.
Los "Cinco Hijos de Carcasona" formaban una formidable línea de defensa contra la frontera aragonesa: formado por los castillos de Aguilar, Quéribus, Peyrepertuse, Puilaurens y Termes.

Mucho más tarde, en 1659, Luis XIV firmó el Tratado de los Pirineos con el Reino de España, sellado por su matrimonio con la Infanta María Teresa, que otorgaba el Rosellón a Francia.

Como consecuencia, la frontera se replegó a lo largo de la cresta de los Pirineos y las fortalezas perdieron su importancia estratégica. Algunas mantuvieron una pequeña guarnición durante algún tiempo, a veces hasta la Revolución Francesa, pero poco a poco cayeron en el olvido, convirtiéndose a menudo en cabañas de pastores o escondites de bandidos...

Ruta de los castillso cátaros

Veamos una ruta para conocer los cinco hijos de Carcasona:

Castillo de Aguilar

A 30 kilómetros de la ciudad de Perpiñán y muy cerca de Tuchan encontraréis sobre un risco el Castillo de Aguilar, o mejor dicho lo que queda de él. Y es que curiosamente esta fortaleza del siglo X fue mandada destruir por el mismísimo rey francés en el siglo XVI, para evitar así que acabara como refugio y escondrijo de ladrones y malhechores. Aún así, quedan en pie restos de muralla y la base de la Torre del Homenaje, todo del siglo XII.

Castillo de Quéribus

Avanzamos en dirección sur oeste hasta pasar la localidad de Cucugnan para encontrar el Castillo de Quéribus, que data nada menos de la época carolingia, del siglo X. Situado también sobre un risco que le otorga una posición en altura y de difícil acceso, este castillo llegó a ser una de las fortalezas aragonesas más importantes al norte de los Pirineos allá por el siglo XIII, en la que fue la época de esplendor de un castillo que está algo restaurado y que se puede visitar sin problemas.

Castillo de Peyrepertuse

Unos kilómetros al norte del castillo anterior, pasando una localidad que se llama Duilhac-sous-Peyrepertuse, vais a dar con el Castillo de Peyrepertuse, una combinación de palabras que significa «piedra cortada». Esto se debe al lugar en el que se emplaza, un cerro a unos 800 metros de altura que es largo (unos 400 metros) pero no ancho. El castillo aparece en los libros de historia mencionado por primera vez en el siglo XI y ha sido testigo de numerosas batallas.

Castillo de Termes

Seguimos en dirección norte hasta llegar a la comuna de Termes, hogar de un importante linaje familiar que tuvo en posesión castillos como el ya mencionado de Aguilar o el llamado Castillo de Termes. Fortaleza con origen en el siglo XI aproximadamente, a pesar de ser un importante bastión defensivo y de su importancia histórica, el castillo fue completamente abandonado y no ha sido restaurado como otros, de ahí a que tan sólo queden de él murallas y ruinas.

Castillo de Puilaurens

Y volvemos a poner rumbo suroeste para finalizar con el Castillo de Puilaurens, otra fortaleza que desde sus privilegiados 700 metros de altura domina todo el valle que se extiende a sus pies. Al ser la fortaleza más meridional, fue una de las que más ataques ha sufrido y más interés suscitó en aquellos tiempos convulsos. Se dice de él que allí empezó la leyenda de la Dama Blanca, una fantasmal nieta del Felipe IV francés que ha inspirado obras de arte y hasta una ópera.

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